El fantasma que somos: protegidos por la sábana
No hay cosa que sufra y disfrute más que una buena crisis existencial que me obligue a replantearme la vida entera, y cuando esa crisis la genera una película no me queda otra que detestar y estar eternamente agradecida con quien creó tal obra de arte que me interpela a niveles que aún no conozco y que debo descubrir.