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Días totales y variopintos acontecen
en la casa de la infancia
me vuelvo visitante
o me vuelvo espía
Y la nostalgia, como la calandria que picotea la ventana provocando la rabia de la perra salchicha,
anuncia su arrivo
cómo encontrar…
cómo NO encontrar otro cuerpo en el espejo de la infancia
Donde hubo hogar
Qué hay ahora
deberia ser un crímen borrar las huellas
decidido: ha sido un crimen, borrarlas
Perdida la posibilidad de ser museo familiar,
La casa de la infancia
ha sido parcialmente demolida
algunas cosas sobreviven
como por pena
o mero valor funcional
un reloj;
un cuadro con tres hijos;
un adorno espantoso de porcelana que a la ligera puede ser bello;
una chica toca el arpa
casquivana
un chico
sostiene la partitura
Sensible
en los juegos de dos, uno es sostén?
camino
camino
eterno yirar por los pasillos de la casa de la infancia
el marco negro que hace dupla con la puerta de la pieza
desde donde podria divisarse una cama que ya no está
Permanece, a duras penas, la idea de ella
ciertas ganas
deseo
vitalidad inquebrantable
que se reconoce
por su ausencia
Cómo impedir la demolicion total
el pelaje muerto de las mascotas que hubo y hay
resisten
pegajosos
cómo pasar el lampazo día tras día
y aun así evitar la pérdida plena
Que la lengua aquí aprendida
-Origen de todo –
no muera
Levantarle un homenaje en las ruinas
La casa de la infancia;
Todo lo vuelve ficción
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María Eugenia Pérez Concetti – @meperezconcetti. Accidentes del lenguaje. Cosas de libros en @ideadora_. Gestión Cultural (UNMdP)