¨Arrebato¨ es una película española de 1979 dirigida por Iván Zulueta y protagonizada por Eusebio Poncela, Cecilia Roth y Will More.

Estrenada al calor de la movida madrileña y el destape español, la película no obtuvo el éxito esperado y fue retirada de cartel a los pocos días con malas opiniones por parte de la crítica, ningún éxito en festivales y competencias de la época. No fue hasta 1981 que Arrebato vuelve a ver la luz para ser proyectada en la trasnoche comenzado a convertirse en un film de culto demandado para llegar a ser hoy uno de los clásicos españoles. Gracias a la remasterización por su 40 aniversario, la película volvió a ser puesta en salas de distintas partes del mundo con una excelente calidad de audio e imagen que nunca tuvo por la fecha de su producción y el bajo presupuesto que había tenido la realización de la misma.

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Reseñar Arrebato es complejo porque Arrebato implica polisemia. Tildada como “la película maldita del cine español” por el poco éxito de estreno, un rodaje que se estiró en el tiempo, los contratiempos , la heroína (en ambos lados de la pantalla) hicieron que sea la última película como director de Zulueta. 

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El film nos cuenta la historia de José Sirgado, un director de películas Clase B que se encuentra empantanado, en crisis profesional y personal por no poder terminar su relación con Ana (Cecilia Roth). El regreso a su casa luego de semanas de rodaje sorprende a José con la presencia de su novia y con un paquete que contiene rollos de películas filmadas en Super 8 y grabaciones en cassette que traen una voz conocida para el protagonista, en este momento la historia hace una pausa en el presente para rebobinar y trasladarnos al pasado para presentarnos al personaje de Pedro (Will More) un excéntrico joven aniñado obsesionado por el cine, las películas en Super 8 y su pausa que necesita consumir drogas para mostrar su faceta adulta y contarnos cómo se conoció con el protagonista. Tras la aparición de Pedro, el film empieza a mostrar aspectos sobrenaturales con una cuota de suspenso ya que su irrupción tiene una explicación. 

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En Arrebato la ritualidad está presente en todo momento. Hay ritos a la hora de filmar, a la hora de consumir y hay ritos para arrebatarse (acción que solo comprenden los espectadores de la película).  El cine es un ritual en sí mismo: a la hora de grabar, editar pero también en el momento de mirarlo, y  este juego se hace doble en el cuando se trata de una película de culto como esta. Captar eso que parece cotidiano puede ser algo digno de obsesión, malestar y sufrimiento. 

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Arrebato nos despista, nos angustia y nos sumerge en una oscuridad que incomoda sin necesidad de tocar la fibra personal. Por momentos nos saca risas, nos pone ansiosos y nos deja estupefactos y desorientados. Nos deja en la retina una de las mejores actuaciones de Eusebio Poncela, una jovencísima Cecilia Roth, un misterioso Will More y una escena final aurática, inexplicable que sobresalta y que es interrumpida con un fundido a negro y los créditos finales.

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Alejandro Di Toto / @alitodt / Egresado de la carrera de Ciencia Política, con orientación en Teoría y Filosofía Política

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