Altares

Por: Delfina Filloy

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A veces camino en círculos. Todo para volver a encontrarme.
Retorcida y a veces vacía.
Ya no tengo héroes ni dioses.
Hago altares de las pequeñas cosas: un llamado noctámbulo, el amarillo birra,
cantar mientras camino sola, las siestas domingueras, el abrazo amigo,
el tiramisú de la abuela Angelita.
La felicidad estaba en esas porciones gigantescas que comía muy cuidadosamente.
El chocolate rallado era tanto como las horas de charla con papá, mate cocido de por medio,
musicalizado con alguna western del canal de aire.

No sé decir lo que siento
pero todavía recuerdo cuando crucé el borde derecho de la circunferencia de tu olvido
y seguí girando.
Conozco la forma de las cosas
y las fábulas del drama contemporáneo
son mi mejor compañía cuando tengo insomnio con nombre y apellido.
Todos somos el insomnio de alguien. 

De la normalidad solo busco el golpe de efecto final que me despabile
y me obligo a gritar aunque no tenga voz. 

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Delfina Filloy / @delfilloy

Comunicadora. Docente y co-directora de la Plataforma Cultural Árida en IUPA. Me gusta contar historias a través de la fotografía y hablo hasta por los codos.

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