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cuatro esquinas mochadas tiene mi barrio
la yuta puta grita la pared agrietada por el sol
apiladas
en
bloques
las casas
como las ilusiones pendientes
como las cajas de leche
olor a niñez desparramada destilan las calles
a pañal roto. sucio. tirado.
olor a niñez comida por los perros
los pibes en la esquina alucinan que la vida es azul
los caballos cabalgan salvajes para comerles el hambre
yo los miro con miedo de mujer
ellos se miran, pienso
como con frío de madre
como con ganas de abrazarse
pero no lo hacen
conservan cierta distancia de macho
con la nostalgia dosificada en bolsitas.
no hay mujeres en mi barrio
se las lleva el viento
se van soñando
que no las maten de amor.
la ropa dibuja olas en los balcones.
está mugriento de sueños mi barrio. de hambre. de cárceles que se encubren rabiosas unas en otras como copulando.
se sueñan canarios los pibes sin manos.
sueñan con que la yuta les de un abrazo y una palabra redonda los pibes, pienso
y vomitan poesía en las paredes
(cuando nadie los ve)
para que no les toquen lo que hay de blando en sus armas.
el cáncer es una enfermedad de cheto. dicen en mi barrio. acá todos se mueren de agujeros. de grietas. de vacío. de ganas.
Dicen que hay gente buena en mi barrio,
es un barrio difícil pero hay gente trabajadora. Dicen. También Dicen que el trabajo dignifica. Y que el culo de la carmen es pura carne. Dicen.
Que son todos violadores Dicen.
Pero tenía mi sangre el imbécil que con torpeza de niño mimado se comió los lunares de mi vestido de muñeco hollywoodense. Y una boca grande y sucia de verdad. Y unas manos suaves de crema con olor a muchedumbre.
yo sigo pensando. artistas como la negra no hay en el mercado. Va amontonando piedritas y deseos
y mugre. Dicen Ellos.
y los acomoda en la pared como queriendo construirse. encontrar. nombrarse.
pasa el día barriendo la negra
sus huesos me miran furiosos
pienso. como queriendo limpiarse.
pienso. no puedo evitarlo.
quién hubiera sido la negra
si afuera el mundo la hubiera mirado como se mira un cuadro abstracto en el museo de los prolijos
con ese esfuerzo en describir su línea, con ese ímpetu en explicar
-conteniendo las lágrimas-
su profundidad.
es que no pueden ser creativos los negros me dijo el otro día el Héctor con la barba manchada de tuco.
desde chiquitos el mundo se nos partió entre nosotros y ellos.
me ha venido grande la vida después de sentir que todo era posible en el barro, incluso la pelota de bolsitas metidas meticulosamente unas en otras recreando salvajemente la realidad con una virtud acrónica.
me quedan incómodas las miradas.
me queda pinchudo el sistema
como frazada de abuela
después de arrastrarme desnuda por la infancia simple. sucia. feliz.
es que de esos barrios no se sale. dicen. sin ser un negro de mierda. dicen. y tienen razón
negras me dejaron las manos de poesía las calles marrones de mi barrio. las paredes rayadas y agujereadas que me pusieron un símbolo inadaptado en la lengua. en la lengua negra. negro de no decir, negro de no ver, negro. oscuro. oculto (escondido). negro.
tiene nombre de doctor el cartel de mi calle.
de persona que cambió el mundo tiene nombre mi calle.
de hombre tiene nombre mi calle.
de persona con mayúscula tiene nombre.
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Mai Fornes / @maifornes
Es una docente sanrafaelina de 28 años que transita la vida contemplando de forma poética las cotidianidades de la existencia.
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