ENTREVISTA A JOSEFINA GOÑI

Josefina vive en el sur. Este encuentro con ella me invitó a pensar mucho en nuestro territorio austral. Desde el arte podemos ponerle más condimentos mágicos a este sur árido que nos ofrece algo nuevo y especial. Josefina nos deja ver todo eso en toda su obra. El territorio, la comunidad y sus mitos. En esta charla nos cuenta sobre “Reto” y “Devociones”, dos de sus obras más significativas.

¿Quién es Josefina?

Yo creo que Josefina es una artista en búsqueda constante. Una artista muy curiosa y con muchas ganas de conectar con el otro. Lo que la mueve son las personas y sus ritos, cómo se vinculan y relacionan, cómo son las diferentes culturas. Creo que es eso lo que más la define.

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¿Cómo es tu proceso de formación en el arte?

De chiquita siempre estuve vinculada al arte. Cuando tuve que decidir qué estudiar lo primero que se me ocurrió fue Bellas Artes. Sin embargo, encontraba ahí algunos aspectos demasiado abstractos o alejados de la gente. De chica siempre participé en espacios vinculados al trabajo social, y en ese momento de elección académica decidí estudiar Diseño de Indumentaria, porque entendía que era un arte aplicado que enseguida me iba a ayudar a conectar con la gente. Todo eso, sumado a que siempre hice mi ropa.

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Siempre la marca social, entonces.

Sí, además por suerte enseguida conseguí trabajo y pude meterme en talleres textiles y conocer de cerca los procesos y sus vinculaciones con la comunidad. En ese contexto, armé una organización que se llama Dibago que hace mucho trabajo territorial y ahí conocí muchos lugares y situaciones bastante hostiles. Ahí mismo me di cuenta que hay muchos mensajes que no se pueden amplificar desde la práctica como tal, sino que el arte puede ayudar a amplificar esas voces desde un nuevo lugar, mucho más activo.

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Me gusta mucho la idea de amplificar.

Sí, creo que hoy estoy parada en un lugar del arte como amplificador, que reúne las voces de mucha gente y que intenta rescatar lo mejor. 

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¿De qué se trata Dibago?

Dibago es una empresa que diseña e implementa programas de desarrollo local y comunitario fomentando la creación de empresas de impacto social y ambiental. Trabajamos con comunidades y construimos en conjunto proyectos y emprendimientos y así es que hacemos red.

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Contame de la obra Reto y cómo allí se evidencia toda esta intención de ponerle voz a mucha gente. 

Reto es una obra inmersiva que nos invita a reflexionar sobre el personal sanitario de primera línea que estuvo y está en la atención cuerpo a cuerpo frente a la pandemia COVID – 19. Es una instalación que busca promover la reflexión, apoyo y visualización de las exigencias a las que están y estuvieron expuestos y, que con valentía y esfuerzo, hacen frente a esta crisis mundial que nos atraviesa para entender la salud pública como un derecho. Al recorrerla se descubren los testimonios, registros y voces de los enfermeros y enfermeras del área externa del Hospital Regional y el personal de vacunación Nro. 2 de Comodoro Rivadavia y en sus voces está el eco de todos los trabajadores de la salud.

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¿Cómo surgió la idea? 

Comenzó porque justo me encontraba dándole asistencia técnica en un programa de emprendedurismo a una enfermera que trabaja en el área de externos del hospital y en una charla me contó cómo venía la situación sanitaria. Me habló de todos los miedos con los que iban a trabajar, el hecho de no saber de qué se trataba ese bicho o de cómo ibas a terminar si te contagiabas. A partir de ahí comencé un proceso con ella y después fui al hospital a grabar un par de veces y a ver qué sucedía. Enseguida me llamó la atención esa mezcla de susto con valentía porque seguían haciendo y accionando, y la calidad humana no se perdió nunca. Realmente quería hacer algo con todo eso, tratar de homenajearlos más allá de los aplausos y los medios. Justo estaba cursando el máster de la UNA así que fue la excusa perfecta para ponerme a hacer obra, acompañada por el grupo de docentes. 

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De alguna forma, esta obra reúne un poco todos esos intereses que te rodeaban cuando tenías que elegir qué hacer a los 18 años  Desde la cuestión social hasta lo clásico del dibujo, lo inmersivo y performático. 

Sin duda, Reto tiene un montón de soportes y desarrollos en el tiempo. Creo que hoy en día es lo que más me gusta: pensar en que no se trata sólo de hacer una obra y que cierre en sí misma y de una sola manera, sino de que se sostenga en el tiempo, poder ver qué pasa con las primeras pruebas e intentos y qué pasa con lo más nuevo que vas agregando. Me gusta cuando logro entender que una obra va mutando, que no termina y se reinventa. 

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Hablemos de la obra Devociones, ¿Qué me podés contar? 

Devociones es una obra que propone una puesta en valor de las devociones y los ritos populares en analogía al uso de la conectividad y la tecnología; busca la sensibilización de nuestro vínculo con la tecnología utilizando las devociones como puente de presentación. 

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Me parece interesante rondar en el término devoción.

Mucho tiempo trabajé en Jujuy y Catamarca con grupos de comunidades vicuñeras y ahí hay algo muy fuerte con la devoción, con los rituales y los mitos que ayuda a reforzar todo aquello en lo que cree la comunidad. Son ritos muy folclóricos y profundos. Ocurre allí algo muy mágico que se va entrelazando con otros tantos mitos populares que me parecen super interesantes para analizar desde el arte. Por más desdibujados que estén desde muchas perspectivas y desde la objetividad, sabemos desde la intuición que existe algo más allá que nos ayuda a avanzar y lo reafirmamos y que tiene que ver con una fuerza o una energía vinculada a la fe. 

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¿Hay en el acto de dibujar una especie de rito? 

Sí, totalmente. Es casi maniático. Hay algo de repetición en el gesto de dibujar, en buscar y buscar hasta encontrar una forma y después de encontrarla, seguís buscando. 

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¿Tenés rituales?

Soy muy disciplinada con casi todo, pero creo que soy muy cabulera. Siempre tengo una cadenita que representa a alguien. Además, soy una persona que medita y respira profundo siempre. Creo que me quedó un poco el gesto del rezo de cuando era chica. Si bien ahora no creo en esas mismas figuras o instituciones, sí me parece que hay algo de esas formas de contemplación y meditación que me quedaron y que me hace bien implementarlas. 

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Josefina Goñi

Diseñadora de Indumentaria y Textil (FADU – UBA), con una Diplomatura Superior en Organizaciones de la Sociedad Civil (FLACSO), especialista en diseño y gestión de proyectos socio-productivos con orientación social. Cofundadora de DIBAGO, empresa social de desarrollo de proyectos de inclusión. Artista plástica, con estudios de extensión en la Universidad Nacional de Artes, residencia artística en New York Academy of Arts, Salzburg Global Forum for Young Cultural Innovator.

www.soyjo.com