Por: Ludmila Cabana Crozza
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Ella pensó que había llegado el día. Mañana se lo cuento, se dijo la noche anterior. Al día siguiente,
cuando despertó y vio cómo la miraba, simuló seguir durmiendo. Por la tarde pensó en él: en sus
ojos de gran pez, en sus manos de ñandú, en su nariz de conejo y en sus pies de zopilote. Por la
noche, lo esperó ansiosamente y luego de una conversación insípida, de esas de todos los días,
entre lágrimas y ahogos, lo confesó.
– Mi amor, tengo zoofilia.
Él se quedó pensando y después de aullar un rato afuera, volvió a entrar a la casa y la besó como
un pingüino.
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Ludmila Cabana Crozza / @ludmilarula
Vive y escribe en Fiske Menuko, al norte de la Patagonia. Nació ahí en 1985 y después de andar por la región, volvió a su madriguera. Trabaja en IFDC e IUPA. Ha participado en diversas antologías con poemas y una crónica. Recibió una mención especial en la convocatoria literaria anual del FER 2020/2021 por su libro Muérdago que saldrá a la luz en este año 2022 editado por Las Guachas.
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